Cuenta la historia que Red Hot tuvo un nombre que no era tan terrible, actuaba en un espectáculo de fuego y fue uno de los artistas más entusiastas de su grupo. Pero la devoradora pasión por el fuego y un descuido le costó su carrera y la vida de su compañero. Después de este incidente, se juró así mismo que nunca volvería a trabajar con fuego.

Pero después del desastre todo comenzó a girar como un Poi en un espectáculo. La habilidad de manejar de manera hábil y efectiva el fuego le permitió ganarse el respeto entre los Lunáticos. Y pronto fue promovido a Arsonist. Cambió su nombre e imagen a Red Hot, se puso pintura de guerra aterradora y se sentó al volante de un loco vehículo, que encontró en el plató de alguna película de serie B.